Palabras hechas coplas

Las escuelas y el occidente de Boyacá hablan con orgullo de una aguerrida y fanática coplera, “chabela” quien a sus nueve años, evade el trabajo en el campo, para aprenderse unos cuantos versos.

Su sonrisa, sus dientes distanciados y sus mejillas rozagantes, reflejan la curiosidad y el asombro de María Isabel Cubillos Pineda, quien se acerca apresurada e inquieta a la cámara, y  manifiesta “Yo me se muchas coplas, pero la que más me gusta es la de la familia”.

Es una chiquilla que te va diciendo coplas sin parar, sin pausa y sin mente: “Al otro lado a la orilla de un platanal, está llorando la virgen por un liberal.”. “Yo tenía mis amorsitos debajo de una mata de haba, mi mamá me los encontró pero que viejita de brava.” – Yo me la inventé porque la profe me la pidió, afirma.-

La verdad, no sé qué tiene en su andar, pero pareciera no temerle a nada, sus pasos firmes revelan una niña soñadora y emprendedora.

Es el orgullo de Maripí por ser la ‘Campeona de coplas’, la honra de su familia, y la de su padre.

_MG_0329.jpgCasa de María Isabel, Maripí Boyacá. Foto por: Tatiana Rojas

_MG_0373Blanca Pineda y Edgar Cubillos, ordeñadores y padres de María Isabel.  Foto por: Tatiana Rojas

 

_MG_0391_1María Isabel disfrutando de su torta de cumpleaños. Foto por: Tatiana Rojas

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